Hola a todos!! Como ya sabéis, hoy es jueves y toca relato.
Esta semana el ejercicio consistía en escribir un diálogo en el que los dos protagonistas ocultaban un secreto pero ninguno de los dos lo desvelaba.
Espero que os guste.
90 céntimos.
— ¡María!
Su voz retumbó en la entrada de la casa. Una bofetada de
calor espeso golpeó su cara, una sensación agradable comparada con el olor del
incienso, que tantos recuerdos eclesiásticos desagradables le despertaba.
—
¡María, coño, contéstame, sé que estás en casa,
oigo la tele!
—
¡ SHHHHHHH! Calla, Manolo, que no me dejas oír a
Berta Mística!
—
Déjate de chorradas, María – gritaba Manolo
mientras entraba en la salita como un mamut furioso en una tienda de porcelana
– Te lo voy a preguntar solo una vez, ¿vale?: ¿Has cogido dinero de la cuenta?
He ido a sacarlo y me dicen que la cuenta no tiene fondos, joder, ¿lo
entiendes? ¿eh? ¿lo entiendes? Apaga de una vez esa puta mierda, estamos
jodidos, ¿lo entiendes o no?
—
Pero vamos a ver… - preguntó María de manera
condescendiente. - ¿Se puede saber a qué vienen esas prisas? ¿Es que vas a huir
al Caribe o qué?
—
Estamos jodidos…- gimoteó él- dime dónde está el
dinero, por favor- Ahora parecía un bebé lloriqueando que no paraba de mirar
por la ventana- Van a venir a buscar el dinero, nos van a matar…
—
No cariño – contestó con tranquilidad su mujer
mientras se ponía de pie. – Debes estar tranquilo y tener fe.
—
¿Tener fe? ¿De qué cojones estás hablando? Solo
tengo fe en que si no pago el dinero que debo antes de la semana que viene me
van a freír…
—
¿La semana qué viene? –María empezó a reírse a
carcajadas- pero si hay tiempo de sobra, hombre, ¡haber empezado por ahí! –se acercó
a la mesa camilla y sacó de una bolsa floreada un papel amarillento y menudo,
que parecía una estampita. – Mira cielito.
—
¿Qué coño es esto?- tartamudeaba Manolo, que no
podía creer lo que estaba leyendo - ¿qué coño has hecho? – preguntó a su mujer,
que no paraba de sonreír orgullosísima de sus actos.
En la televisión, una señora
entrada en carnes y en años cuyo atuendo representaba perfectamente la
expresión “horror vacui”, chillaba cantarina:
—
Bien,
señoras, ya queda menos para el gran día, y en este gran día del Juicio en el
que el Señor nos llenará de gloria, asegúrate de estar en el lado de “los
justos”. Llama ya al teléfono que aparece en pantalla y consigue uno de
nuestros pasajes directos al cielo. Forma parte de este gran grupo de familias
que se unirán en el día del Juicio por la salvación de sus almas. Coste de la
llamada, 0,90 céntimos el minuto.
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XDDD Muy bueno, Blanch! Cada día lo haces mejor ;)
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